¿La nebulización para qué sirve?

 

Casi todos nosotros hemos escuchado sobre las famosas nebulizaciones; sin embargo, no estamos seguros sobre su utilidad, y nos preguntamos: ¿La nebulización para qué sirve? ¿Cuál es su fin? ¿Es mejor que el inhalador? ¿Cuál es la diferencia entre inhalador y nebulizador? Lo explicamos en las próximas líneas.

¿La nebulización para qué sirve?

El nebulizador es un aparato pequeño, usualmente electrónico (los portátiles). En la clínica o el hospital se usa oxígeno para nebulizar. Este aparato se usa con una máscara de nebulizar, que hace que se formen gotas muy pequeñas que llegan hasta nuestros bronquios.

La nebulización sirve para llevar medicamentos a los bronquios de una forma muy sencilla. El paciente no tiene que realizar ninguna maniobra, tan sólo respirar como siempre lo hace. De esta manera, la nube formada por el nebulizador ingresa lentamente a las vías aéreas, transportando la medicina. Usualmente se indican broncodilatadores por medio de la nebulización, para “abrir los bronquios” de pacientes asmáticos.

En aquellos pacientes que no pueden o no les gusta usar el inhalador, es preferible usar la nebulización (lactantes, ancianos, impedimentos físicos).

Otra utilidad de la nebulización es humidificar los bronquios y sus secreciones, facilitando la expulsión de dichas secreciones.

¿Cuál es la diferencia entre inhalador y nebulizador?

Inhalador y nebulizador son diferentes.

El inhalador es de plástico con un cartucho de metal, es portátil. El nebulizador usualmente es de tamaño mediano y no es muy portátil.

El nebulizador produce una niebla que dura entre 10 a 15 minutos. El inhalador produce una nube que dura 1 segundo.

El nebulizador produce una niebla que no impacta en la faringe, y no se queda pegada la medicina en ella. En cambio, el inhalador necesita ser usado con aerocámara para no impactar su producto en la faringe.

El inhalador y el nebulizador son igual de efectivos, siempre y cuando, el paciente sepa usar adecuadamente su inhalador.